sábado, 11 de abril de 2015

Erótica y física:



      Acción [tu beso ardiente en mi cuello]
                   
                                     =

Reacción [en forma de latido entre mis piernas]

domingo, 18 de enero de 2015

Amarre...



Mi cuerpo está hecho trizas por dentro.
A veces pienso que mi piel sólo me recubre
para evitar dejar un rastro de añicos a mi paso....


Se afloja la presión de los pulmones
ahogando la tensión y el dolor
en forma de lágrimas silenciosas...


Se va salando mi piel que deja de estar seca 
en la proporción inversa al limite rebasado
de las gotas que fluyen verticales....


Me ahogo en mi pantano vacío
mientras el embarcadero
deja al descubierto sus cimientos...


Y con ello se inicia la decadencia
de una arquitectura, ahora desierta,
hecha para amarrar botes...


sábado, 28 de mayo de 2011

Tocada y hundida...

La gente cuando está triste habla mucho o no habla, comen o dejan de hacerlo; yo dejo que el agua arrastre mi pena.
Me pongo de espaldas al chorro, cierro los ojos y echo la cabeza hacia delante, me gusta sentir cómo las gotas golpean con furia mis hombros, y cómo mueren lentamente hacia el suelo, inclino la frente hacia arriba, me peino suavemente el pelo y libero la mente. Veo paredes metálicas, con grandes cascadas que retornan sobre sí mismas una y otra vez, noto como el agua me salpica los ojos y cómo los pequeños ríos surcan mi cara. Me siento mal, cansada, triste, no me gusta llorar, pero en esos momentos dos aguas se funden en una… y por fin respiro, cojo aire a pleno pulmón y lo libero rompiendo la verticalidad que mana de la ducha.

Ahora pienso, mi cerebro trabaja rápido y un millón de frases se unen a palabras desordenadas hasta entonces, se forman en mi cabeza historias que eran simples retales hasta hace un momento, todo toma vida, y yo respiro. Aunque sigo triste, y cansada y me siento mal.
Últimamente son muchas cosas las que medran mi alma, van royendo como pequeñas polillas mi interior, dejando mi coraza externa intacta, me devoran…se que es hora de restaurar, de tapar los agujeros, de consolidar toda esta fachada que me cubre.
Pero a veces es difícil, porque tú haces que así sea. El error de mi fracaso, venías de la mano de tu Pasado, y yo te recibí en mi asiento para dos. Apenas era una maceta, un pequeño tallo, pero lo suficientemente atractivo para ti como para que nunca dejases de regarlo, de hablarle, de ponerle al sol…y ha crecido, cuando cuidamos las cosas, es lo que ocurre, se ponen bonitas (como dicen las abuelas).
Me da pena asumirlo, pero es así, las pequeñas cosas a veces esconden universos que nos absorben de tal manera que no nos damos cuenta que flotamos en ellos; y eso es lo que a ti te ocurre. Nunca llegaste a hacerme tuya del todo, siempre hubo algo que nunca me diste y algo que no quisiste tomar de mí. No te culpo, muchas veces preferimos regar plantas y cuidar pequeños tallos que plantar semillas.

jueves, 17 de diciembre de 2009

el amante, el infiel


Te echo de menos, cada día más. Hace dos meses que cerraste los ojos, te fuiste y ni siquiera me dijiste adiós. Te lo reprocharé siempre Marcos.
Lo peor sin embargo es que no te fuiste solo, te vinieron a buscar de la mano y tú terminaste yéndote con ella; al principio te costó lo sé, luchaste contra ella, contra esa sensación que te invadía cada vez con más fuerza y te anudaba a su lazo, luchaste, sí, pero perdiste…y me dejaste.

Me quedé sola, ahogada en un dolor que me pinchaba, me anidaba en mi garganta, en mis pulmones, en mi estómago, en mi mente y en mi corazón. Supongo que una parte de mí tenía esperanzas de que vencieras esta batalla, de que me miraras a mí con más fuerza que a ella.

Te odié, con amor pero te odié, no ya por irte, sino por no haberme dicho nada cuando lo hiciste, esperaba al menos una disculpa, una palabra que me alentara a pensar que tu marcha no negaba nada de lo que tu y yo habíamos tenido.


Han pasado ya dos años, sí dos años desde tu adiós impronunciado. Me cuesta no pensar en ti, aunque cada vez lo hago con menos frecuencia y menos intensidad, así todo a veces lloro, me obsesiono en intentar no olvidarte, necesito tenerte presente para no caer en el mismo error. Y, sin embargo a la vez quiero no volver a recordar tu nombre nunca más: Marcos….

Es que no entiendo cómo pudiste dejarte perder, cómo te fuiste con ella, ¿por qué con ella? todo el mundo sabe su nombre y nadie la conoce realmente. Me gustaría saber si por lo menos te trató bien, ¿tenía las manos frías?, ¿te envolvió en su abrigo con besos cálidos?. Espero que te acariciara el pelo, que te mimara, que se arrullara en tu pecho y te susurrase palabras bonitas; yo lo hacía, te gustaba, me sonreías y cerrabas los ojos.
Como el día en que te fuiste, también los cerraste, pero no volviste a abrirlos jamás.

Marcos, tú me engañaste con la Muerte y yo por despecho, te engañé con la Vida.

lunes, 7 de diciembre de 2009

La amante...


-Una chica tan guapa como tú no debería de llorar por un chico como ese. Me llamo Aurora, y no he podido evitar acercarme.

Así te presentaste, me sonreíste con delicadeza y ternura y te sentaste a mi lado. No te conocía, pero a pesar de todo sentía que lo sabía todo de ti.
Comenzamos a hablar, cosas sin importancia: profesión, viajes, la última película que vimos en el cine, el libro que nos había robado más horas de sueño…
Cada semana te quitaba un poco de tu tiempo y yo te regalaba otro poco del mío. Te lo agradecí muchas veces, conseguí olvidar mis penas, mi dolor, mi relación fracasada, a él; pero aún así no quería dejar de verte.
Recuerdo el primer beso que me diste, tus labios ardían y latían al compás de mi corazón acelerado. A pesar de que nunca había besado a una mujer, no decliné tu beso y me dejé llevar, cerré los ojos y sentí tu boca jugosa tocar la mía, saborearla, noté tu lengua buscando mi lengua; se encontraron, jugaron, rieron y se mordieron.
Cuando abrí los ojos un rubor cubría mi rostro y una tímida sonrisa invadía el tuyo.
Me enseñaste cómo una mujer puede amar a otra, sentirla, hacer que a su cuerpo lo recorran millones de espasmos de placer; me enamoré de ti.
Pero quizás me enseñaste demasiadas cosas, hiciste nacer en mi algo que hasta entonces había desconocido, algo que nunca hubiera imaginado que guardase tan celosamente dentro de mí. Y quizás por eso no tuve dificultades para conocer a otras mujeres, para sentirlas como tú me enseñaste a hacerlo, para saborearlas, tocarlas, besarlas, para hacerlas mías.
Lo descubriste, eso fue lo peor, porque hubiese preferido decírtelo yo. Tu mundo se vino abajo, tus reproches me llovieron como afiladas dagas, tus palabras se me clavaron como miles de agujas en el cuerpo y en el alma, no merecías lo que yo te estaba haciendo. Me di cuenta en ese momento de que me estaba convirtiendo en una persona cruel, tus enseñanzas se habían fundido con mi egoísmo y me habían hecho recorrer un camino cargado de carne y mentiras, de camas sin nombre, de madrugadas de mordiscos y humedades; me había alejado, estaba a tu lado pero me encontraba a kilómetros de ti, Aurora.
Un día me marché, ya lo sabías, lo esperabas, el daño hace menos daño cuando está lejos, cuando no se ve al girar el cuerpo en una cama, cuando no se tropieza en un pasillo ni se espera la cola del baño.
Aurora, tú me amas, y yo a ti también, a pesar de que pueda parecer lo contrario. Te quiero por que un día me rescataste de un café inundado en sal, y me hiciste ver que el amor es algo más que reír y soñar : que hay calor, pero también frío; y que además de besos, hay lágrimas.

lunes, 16 de noviembre de 2009

Lo que nunca ocurre


Inquietudes que se ahogan en vasos vacíos,
se acuestan dos y se levanta uno,
escalofríos que estremecen a la nada,
fantasmas con miedo a la oscuridad,
terrones de azúcar con sabor a sal.


Las manillas del reloj giran al revés,
llueve en horizontal,
música que suena distorsionada,
seda que rasca y esparto que acaricia,
lágrimas que no mojan y dolor que causa risa.





Cuando la edad enfría la sangre y los placeres son cosas del pasado, el recuerdo más querido sigue siendo el último, y nuestra evocación más dulce, la del primer beso, Lord Byron.

sábado, 11 de julio de 2009

•·.·´¯`·.·•Haiku•·.·´¯`·.·•


silba el aire

rozando tu pelo gris

filigrana y mieles