jueves, 26 de marzo de 2009

•··•Perdida en el bosque de mis adentros•··•

Lloro, lloro angustia y desaliento,

esperanza perdida de un reencuentro

que no se produce.


Un amor que araña el suelo,

hace que me sangren los dedos

cavo un pozo para vaciarme.


Rabia, incesante y galopante,

tira del hilo de mi vida,

y lo enmaraña en una bola.


Deseos que caen por las mejillas,

gotas de vida expirando,

su último aliento.


Vida que se apaga,

tierra que se riega,

angustia que se pierde.


Rumor de un llanto,

manchado de tierra,

clamor de una esperanza perdida.


Pequeño fulgor del sol,

mis ojos cegados,

corazón marchitado.


Envuelta en una capa,

teñida de estrellas brillantes,

cierro los ojos al Hoy.


Abro la mente y pienso,

reencuentro onírico,

para mis adentros.


Te toco, gélido y distante,

te susurro Amor,

con ojos fulgurosos.


Brazos que toman vida,

y se adhieren a mi espalda,

frío que me ahoga.


Libera mi sueño,

perlas en la hierba,

como rocío en la mañana.



Cuerpo inerte,

somnolienta mañana,

mecida por el fin de la noche.


Sol que no calienta,

ropa que no abriga,

alma que se enfría.


Cara que despierta,

en el nuevo día,

en el que te perdí.


(04/09/06)

miércoles, 25 de marzo de 2009

•·.·´¯`·.·•Noelia, parte II•·.·´¯`·.·•



El nuevo comienzo: reseteando

Los sonidos del compás acompasaban el ritmo vacilante del movimiento del rabo del gato, posado sobre la superficie brillante del piano lacado. Me observaba fijamente con sus ojos amarillos y parecía esbozar una leve sonrisa de asentimiento, que ocultaba bajo sus largos y negros bigotes.
Sin embargo, y de repente, miró hacia abajo y comenzó a lamerse una de las patas, como si quisiera restarle importancia al gesto que me había prodigado anteriormente.
He llegado a pensar más de una vez que los gatos son seres extraños, que se mezclan entre nosotros para observarnos y reírse de los enrevesados que podemos llegar a ser los humanos; mientras ellos, estilosos y ladinos se dedican a dormir, cazar y lamerse. Y todo eso en siete vidas. No me extraña que vivan tanto.
Hulla, que así se llamaba este gato en cuestión, sustituyó mi parcela emocional-afectiva con los animales cuando Pez se murió, y cuando decidí mudarme de 20 m2 a 40. Doblé mis aspiraciones al espacio vital en la misma proporción que lo hice con la cadena de predadores en mis mascotas.
Aunque sigo siendo nariz, pero ahora limito mis viajes aromosos a una habitación de 3 x 5.
He decidido que así mis aventuras y mis sueños de ojos abiertos serán más intensas y me permitirán disfrutar de más aficiones e inquietudes.
He vuelto a tocar el piano y he cambiado la vieja televisión que usaba para ver películas por un moderno reproductor de DVD, para evitar la tentación de cambiar de AV a TV y empezar a empaparme de la simpleza humana a través del cable.