martes, 10 de febrero de 2009

•·.·´¯`·.·•Rastros•·.·´¯`·.·•


Esta claro que las piedras hablan memorias colectivas que

hoy están muertas, polvo en las tumbas vacías que nos

encontramos en desvencijados cementerios y olvidadas

iglesias, cuerpos que no tienen nombre pero cuyo rastro

sin duda permanece.

Y volviendo la vista atrás me parece escuchar el [i]toc

toc[/i] de los martillos del cantero, y si toco los fríos sillares

puedo notar la energía que sus manos dejaron prendida el

día que le dieron vida a las piedras, el día que grabaron su

presente para que fuera mi historia.

Y me cobijo bajo la sombra del [i] texo[/i] que ceremonioso

me recuerda que no está ahí por aires y libación, sino que

otras manos, predecesoras de las anteriores, lo plantaron

allí, esperando que germinara para una cultura que hoy

veneramos muchos y desconocemos otros tantos. Fusión

de dos mundos y muchos dioses, de otras costumbres y

tradiciones, imposición de religiones al fin y al cabo.

Sigue estando claro que las piedras hablan memorias

colectivas que hoy están muertas, pero; ¿qué historia

dejaremos los que hoy vivimos? Nuestro propósito no es

dejar constancia de las cosas, sino de nosotros mismos

como individuos, no como colectivo. El egoísmo de la

generación moderna que se adueña de nuestras

inquietudes día a día, desgraciadamente ya no existe el

NOS, sino que prevalece el MI.

Triste mundo verán los ojos de mis hijos, vergüenza y

llanto en piedra de aquellos que moran en tumbas repletas

de polvo. Soñar una utopía quizás mantiene viva la

esperanza en algo que parece perdido.