sábado, 28 de mayo de 2011

Tocada y hundida...

La gente cuando está triste habla mucho o no habla, comen o dejan de hacerlo; yo dejo que el agua arrastre mi pena.
Me pongo de espaldas al chorro, cierro los ojos y echo la cabeza hacia delante, me gusta sentir cómo las gotas golpean con furia mis hombros, y cómo mueren lentamente hacia el suelo, inclino la frente hacia arriba, me peino suavemente el pelo y libero la mente. Veo paredes metálicas, con grandes cascadas que retornan sobre sí mismas una y otra vez, noto como el agua me salpica los ojos y cómo los pequeños ríos surcan mi cara. Me siento mal, cansada, triste, no me gusta llorar, pero en esos momentos dos aguas se funden en una… y por fin respiro, cojo aire a pleno pulmón y lo libero rompiendo la verticalidad que mana de la ducha.

Ahora pienso, mi cerebro trabaja rápido y un millón de frases se unen a palabras desordenadas hasta entonces, se forman en mi cabeza historias que eran simples retales hasta hace un momento, todo toma vida, y yo respiro. Aunque sigo triste, y cansada y me siento mal.
Últimamente son muchas cosas las que medran mi alma, van royendo como pequeñas polillas mi interior, dejando mi coraza externa intacta, me devoran…se que es hora de restaurar, de tapar los agujeros, de consolidar toda esta fachada que me cubre.
Pero a veces es difícil, porque tú haces que así sea. El error de mi fracaso, venías de la mano de tu Pasado, y yo te recibí en mi asiento para dos. Apenas era una maceta, un pequeño tallo, pero lo suficientemente atractivo para ti como para que nunca dejases de regarlo, de hablarle, de ponerle al sol…y ha crecido, cuando cuidamos las cosas, es lo que ocurre, se ponen bonitas (como dicen las abuelas).
Me da pena asumirlo, pero es así, las pequeñas cosas a veces esconden universos que nos absorben de tal manera que no nos damos cuenta que flotamos en ellos; y eso es lo que a ti te ocurre. Nunca llegaste a hacerme tuya del todo, siempre hubo algo que nunca me diste y algo que no quisiste tomar de mí. No te culpo, muchas veces preferimos regar plantas y cuidar pequeños tallos que plantar semillas.

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